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Aumento en el nivel del mar alrededor de Puerto Rico

Por: Aurelio Mercado-Irizarry, PhD

Los dos mareógrafos (instrumentos para medir la marea astronómica) más antiguos en el archipiélago de Puerto Rico son los que se encuentra en Isla Magueyes, La Parguera (costa sur), en el municipio de Lajas, y el que se encuentra en la base de la Guardia Costanera, en La Puntilla, San Juan. El de Isla Magueyes empezó a registrar en el 1955 y el de San Juan en 1962. Estos mareógrafos son cuidadosamente mantenidos por el Servicio Oceánico Nacional (NOS, por sus siglas en inglés) de la Administración Atmosférica y Oceanográfica Nacional (NOAA por sus siglas en inglés), perte-neciente al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Entre varias estadísticas, estos mareógrafos nos dan la elevación promedio mensual de la superficie del mar relativa al Nivel Promedio del Mar (MSL por sus siglas en inglés). Las dos figuras que siguen muestran gráficas de estos datos para San Juan e Isla Magueyes. El eje vertical es el promedio mensual del nivel del mar relativo a MSL y el eje horizontal corresponde a los años desde que se comenzaron a medir las elevaciones. Cada crucecita es un valor del promedio mensual. El sube y baja de las curvas en ambas gráficas muestran que cuando empieza el verano las aguas se empiezan a calentar y se expanden, haciendo que el nivel del mar suba. Típicamente ocurre una inercia térmica de uno o dos meses entre el máximo en las temperaturas del aire y el máximo en las temperaturas del agua, haciendo que el nivel más alto del mar tienda a ocurrir durante los meses de septiembre a octubre. Lo opuesto ocurre durante los meses de invierno, cuando el mar tiende a disminuir su elevación debido al enfriamiento de las aguas. Y eso se refleja en el sube y baja de los datos.

Podemos ver, de ambas figuras, que el aumento en el nivel del mar ha ocurrido desde que se lleva record (curvas negras), aunque no de una manera constante. Las curvas azules en ambas gráficas muestran un promedio móvil (running average) de 10 años de ancho, que tiende a suprimir variaciones de una década o menos. Es un suavizamiento de los datos que muestra la variabilidad a largo plazo. Esa variabilidad responde a muchos factores oceanográficos y meteorológicos que no vamos a discutir aquí.

Si ajustamos una línea recta mediante el método de cuadrados mínimos a todos los datos (empezando en 1955 en Isla Magueyes y 1962 para San Juan), y calculamos su pendiente, obtenemos que el aumento en San Juan ha sido a razón de 1.84 milímetros por año (mm/año), mientras que en Isla Magueyes ha sido de 1.67 mm/ año. Estos dos valores son típicos de muchos otros lugares en el planeta en donde también se cuenta con mareógrafos, algunos de los cuales son muchos más antiguos que los nuestros. En el 1993 se empezaron a obtener valores del aumento en el nivel del mar obtenidos por medio de satélites en órbita alrededor de la Tierra. Y una cosa que rápidamente se observó fue que la razón de aumento obtenida por satélites era mayor que la obtenida por el método de cuadrados mínimos ajustados a todos los datos de los mareógrafos. Dicho sea de paso, si ajustamos una línea recta, empezando en 1993, a los datos de la Isla (San Juan y Magueyes – rectas rojas), observamos que las pendientes han aumentado. Esto es, desde 1993 la razón de aumento en el nivel del mar alrededor de Puerto Rico se amplió a 3.24 mm/año, en San Juan, y a 3.77 mm/año en Magueyes. En otras palabras, la aceleración en la subida del nivel del mar ha sido por un factor de 1.85 en San Juan y 2.26 en Magueyes. Aceleración que también ha sido detectada en otros lugares alrededor del planeta.

Existen dos causas principales de la aceleración observada a nivel global. Una es el hecho de que los cascos de hielo se están derritiendo a una razón no antes vista y esto también incluye su deslizamiento desde tierra hacia el mar. Esto último implica un aumento casi instantáneo (relativamente hablando) ya que no hay que esperar por el derretimiento. La otra causa mayor es el calentamiento de los mares, que se está observando a casi todas las profundidades, no solo en aguas superficiales. Los datos en ambas figuras muestran la tendencia a largo plazo. El aumento observado incluye los efectos antes mencionados. También hay que incluir los efectos de variaciones en el nivel del mar debido a variaciones en los vientos a gran escala, variaciones en presión atmosférica y otros tipos de oscilaciones que se observan en cuencas oceánicas, pero un factor que se puede defender relativamente fácil es la expansión térmica debido al calentamiento de la atmósfera.

Por ejemplo, en la figura para San Juan, el pico más alto ocurre en septiembre de 2012, cuando el promedio mensual subió hasta 0.189 metros. El segundo pico más alto ocurre en octubre de 2014, cuando subió hasta 0.166 metros. Esos dos años rompieron récords históricos en aumento del nivel del mar en, a lo menos, el área metropolitana. En Isla Magueyes sucedió lo mismo. Se observa un récord en la elevación de 0.163 metros para septiembre de 2012 y 2014. ¿Qué tienen de común esos meses de récords? En ambos casos fueron precedidos por récords de sequía y de temperatura del aire para los meses de verano. Por ejemplo, en el 2012 tenemos lo siguiente:

  • Junio de 2012 fue el mes más caliente de cualquier año desde que se lleva récords en el aeropuerto Luis Muñoz Marín.

  • Julio de 2012 fue el octavo mes de julio más caliente en récord y el onceavo más seco.

  • Septiembre de 2012 fue el mes de septiembre más caliente en récord y el quinto mes más caliente de cualquier año en récord. También fue el septiembre más seco en récord.

  • El año 2014 fue el tercero más caliente en récord para el área metropolitana de San Juan. Junio de este año fue el tercero más caliente y más seco. Julio fue el segundo más caliente. En San Juan se estableció récord de temperatura para el día 30 de septiembre.

 

Las consecuencias de estos niveles altos no se hacen esperar en nuestras playas y costas. En septiembre de 2012 se empezó a especular sobre la desaparición de la Isla Palominito, el oleaje empezó a hacer estragos en varias playas del área metropolitana, en Rincón ni se diga, y en una comunidad playera de Mayagüez el mar inundaba las calles cada vez que subía la marea, entre otros eventos. En septiembre-octubre de 2014 el oleaje comió playa como nunca en Luquillo, Loíza, San Juan. En Isabela las dunas en donde se construyeron estructuras hace muchos años, como las conocidas casetas Hau, y al frente de las cuales existía una amplia playa, empezaron a erosionarse.

El consenso científico es que para el 2100 el nivel del mar debe de haber subido a, por lo menos, 1 metro sobre el actual. No será de una forma lineal sino cuasi-exponencial, debido a las retroalimentaciones. Lo que hemos descrito arriba son las consecuencias de un aumento temporero (un mes) de hasta cerca de 0.2 metros. Solo especulen las consecuencias de cuando esos aumentos se hagan permanentes. No hay que llegar a 1 metro para tener efectos catastróficos en nuestras playas y costas. Se comprueba lo que se ha observado en otros lugares del planeta, como Hawái, que por cada unidad que sube el nivel del mar, las playas retroceden por dos órdenes de magnitud.

Los dados están echados. En donde se construyó estructuras fijas cerca de la orilla, esas playas desaparecerán. A menos que esas playas se realimenten (muy caro), o se retroceda. Decisión difícil.

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