UNA SECUELA INCÓMODA: LA VERDAD AL PODER
¡Eres parte de esta historia y es el momento de ser parte del cambio!
Por: Prof. Jacqueline D. Torres, MAES
La primera proyección a la prensa de Una secuela incómoda: la verdad al poder fue el 19 de enero de 2017. La película, una secuela del documental de Al Gore ganador del Oscar 2006, había sido seleccionada para abrir el Festival de cine de Sundance.
En 2006, Al Gore le dio un giro a sus diapositivas sobre el calentamiento global y, junto al equipo de producción, llevó exitosamente esa presentación de power point a la pantalla grande en su documental Una verdad Incómoda. En esta continuación, se sigue al famoso eco-guerrero por todo el mundo, donde inspira a través de seminarios de capacitación de liderazgo climático y muestra lo que está en juego a los alumnos y alumnas (Climate Reality Project Leaders). Aunque esta versión o secuela es más “Algore-céntrica”, el énfasis está en “mostrar, no decir”. Es una guía de optimismo.
El público se dará cuenta de que la contaminación no es política, sino un tema urgente de la supervivencia global. Se presenta el retrato de un hombre extremadamente persistente, apasionado, que está tercamente seguro del poder de la información, que ha envejecido y ha dedicado su vida a este tema y que ha tenido sus momentos de desesperanza. Es un gran cuentista (“story-teller”), agradable, que educa al público y presenta los datos correctos, mostrando imágenes impactantes. Gore parece convencido de que es el camino a seguir hacia un ambiente global más estable.
Aunque en broma se llama a sí mismo “un político en recuperación”, irónicamente, como el político experimentado que es, Gore se presenta más eficaz e inteligente para llegar a acuerdos tras bambalinas en una Cumbre de Clima de las Naciones Unidas de 2015 (Tratado de París) para que India se deje de evasivas y se una a la batalla.
El primer documental, Una verdad incómoda, se centró en la ciencia del cambio climático. La Secuela se centra en la política del clima, que se hace a través de la diplomacia, las inversiones internacionales y el profesionalismo de los sectores negociantes. Estos elementos no lo hacen un material fílmico fascinante para algunas personas, pero son algunos de los mejores recursos para realmente resolver (o, al menos, gestionar) el cambio climático.
Una secuela incómoda familiariza al público espectador con esa disyuntiva y realidad dual— una y otra vez … y otra vez. Vemos a Gore en las reuniones, hablando con sus asistentes, planificando futuras reuniones, dando su primera charla del clima en su pueblo natal y ofreciendo charlas en teatros y hoteles en distintas ciudades del mundo (Miami y China, por ejemplo). Lo vemos recorrer una fábrica de Solar City en California, evaluando y comentando la situación junto a funcionarios municipales de Miami Beach, Florida, donde una “inundación de día de sol”(sunny day flood) se eleva por encima de sus botas. Más adelante vemos a Gore cambiando sus mahones, botas y medias mojadas por un traje para volver a dar su charla al grupo de líderes de cambio climático (precisamente donde me adiestré como LCC en el 2015). De la misma manera, lo vemos visitando al alcalde republicano de Georgetown, Texas, lugar que la ciudadanía ya ha convertido en un pueblo que usa un 90 por ciento de energías renovables para sustituir los combustibles fósiles (sentido común y una contabilidad favorable para el pueblo tejano).
También lo vemos en la Conferencia de París sobre el cambio climático, en una reunión en el subcontinente, en conferencias con el Ministro de medio ambiente de la India y en su jet viajando hasta el tope del mundo… hasta los glaciares. Para mí, como educadora ambiental y bióloga, los mejores momentos de la película son cuando Gore regresa de la política del clima a la ciencia del clima. En Una verdad incómoda advirtió que el río Hudson sobrepasaría al Bajo Manhattan y el sitio de la Zona Cero se vería inundado. Esto fue lo más criticado de su película, él dice, antes de mostrar un clip de noticias de la supertormenta Sandy a través del distrito financiero de Nueva York y verse correr el agua en el Memorial 9/11.
Reflexionando sobre el mensaje de estos dos documentales - desde la nueva Secuela a Una verdad incómoda- hay temas que no han sido mencionados, tales como el impacto de la transportación, la sobrepoblación, la alimentación y lo que podemos hacer todos los días como ciudadanía responsable. Al Gore es vegano desde el 2014, pero aparte de la fracción de segundo en el documental en el que plantea que “la agricultura es otra de las causas principales” de las emisiones de CO2, el tema de la alimentación y los otros que mencioné quedan totalmente fuera de la película.
Una secuela inconveniente se centra en la búsqueda del ex vicepresidente Al Gore para salvar el mundo y en el drama entre bastidores en los Acuerdos Climáticos de París. Es inspirador ver a Al Gore ayudar a convencer a los líderes de la India de utilizar más energía solar. Mucho del documental está dedicado a destacarlo como un líder, pero no dedican espacio para informar al público acerca de las muchas acciones concretas que pueden tomar para limitar su propia huella de carbono. Verlo una vez más en el modo de negociador político me vuelve a enfurecer, cada vez que vuelvo a pensar en lo que podría haber sido como Presidente de los EE.UU.
Una década después de que Al Gore introdujera el cambio climático en el corazón de la cultura popular, viene el seguimiento que demuestra lo cerca que estamos de una verdadera revolución energética. El ex Vice Presidente continúa su lucha incansable viajando por el mundo entrenando a un ejército de campeones y campeonas del clima, que influyen en la política climática internacional. Las cámaras lo siguen detrás de las escenas – en momentos privados y públicos, graciosos y conmovedores, mientras él persigue la idea inspiradora de que aunque el reto nunca haya sido mayor, los peligros del cambio climático se pueden superar con pasión e ingenio humano.
Sí, el hombre tiene un mensaje, pero el hombre no es el mensaje. Hay demasiado en juego ahora para pensar en otra cosa. En un recuadro del documental Una Verdad Inconveniente, Gore plantea unas preguntas retóricas. Las generaciones futuras pueden tener ocasión para preguntarse, “¿qué estaban pensando nuestros padres y madres?, ¿por qué no despertaron cuando tuvieron la oportunidad?”. En Una Secuela Inconveniente, el mensaje es similar, pero el tono no lo es: “¿qué estaban pensando?” Gore dice, enfadado, en nombre de las futuras generaciones, a negacionistas del clima y también, una sospecha, a la complacencia humana: “¿No escucharon lo que decía la comunidad científica? ¿No podían oír lo que gritaba la madre naturaleza?”
Porque esta es una de las verdades más incómodas: el cambio climático es inequívoco, antropogénico y catastrófico. Pero la verdad es que ante el cambio, el planeta permanecerá con un nuevo equilibrio. Son la humanidad y muchas especies las que desaparecerán.
Al retirar Trump a los Estados Unidos de los acuerdos de París sobre el cambio climático, el documental fue nuevamente editado con referencia a lo que Gore llama “la imprudente e indefendible acción de Trump. Si el Presidente Trump no lidera, el pueblo estadounidense lo hará”. Ejemplo de esto son varias ciudades y estados (California y Nueva York). Afirmar que “si el Presidente se niega a liderar, el pueblo estadounidense lo hará” es un llamado a la acción, alentando a quienes quieren luchar contra el cambio climático a utilizar “su elección, su voz y su voto”.
Demandemos reformas de energía alternativa-limpia, votemos en cada elección y consideremos cambios de hábitos.
¡VOZ, VOTO y ACCIÓN es el mensaje final de este documental!
ENLACE movie trailer - An Inconvenient Sequel: Truth to Power
https://www.theguardian.com/global/video/2017/mar/29/an-inconvenient-sequel-truth-to-power-movie-trailer
Jacqueline D. Torres Millán estudió biología, pedagogía y planificación ambiental. Completó su maestría en educación ambiental. Pertenece al grupo de Climate Reality Project Leaders de Al Gore. Es educadora ambiental y gestora de proyectos ambientales. Es voluntaria y asesora del USGBC, ELAC, Mare Society y DUNE-CAT. Co-fundadora de ACOPRI, Directora de APRENDEVERDE y Presidenta de Spectrum.