Escorrentías de agua pluvial y su control en el paisaje natural y urbano
Por: Hans X. Figueroa Sweet
Puerto Rico adolece de un control efectivo del manejo de la cantidad y calidad de la escorrentía de agua pluvial en el paisaje natural y urbano. Detener este problema requiere un cambio de paradigma sobre el desarrollo urbano, de forma tal que cambiemos los conceptos de planificación y uso de terrenos, diseño, permisos y los métodos de construcción para desarrollos existentes y futuros. La falta de control de la escorrentía resulta en cuantiosas pérdidas en propiedad, productividad, calidad y valor de recursos naturales (agua, entornos de ríos y quebradas, franjas vegetativas y la ecología asociada). Revertir este problema requiere introducir conceptos de redesarrollo, restauración, remediación, tratamiento, reparación y corrección de los daños ocasionados por la ineficacia en el manejo de la escorrentía. Las corrientes verdes actualmente establecidas (Low Impact Development (LID), Environmental Site Design (ESD), Green Building, Green Infrastructure) nos proveen oportunidades para mejorar el manejo efectivo de la escorrentía. No obstante, para efectuar un verdadero cambio en el manejo de la escorrentía en Puerto Rico, se recomienda establecer una política pública en la que el ambiente urbano y en especial el recurso acuático sean protagonistas y en la que el manejo de la escorrentía se convierta en un motor económico que genere empleos y actividad económica.
La escorrentía pluvial es el volumen de agua de lluvia que, al no infiltrarse al terreno o evaporarse (abstracciones), acaba siendo interceptado por estructuras naturales o urbanas, llega a los drenajes, naturales o construidos, y luego se descarga en cuerpos de agua superficial hasta llegar a las desembocaduras en las costas marítimas. Los paisajes naturales de control de escorrentía comprenden las áreas de captación cubiertas con vegetación, canales naturales, quebradas, riachuelos, ríos, riberas, planicies inundables, pantanos, manglares, estuarios y deltas. Los paisajes urbanos de control de escorrentía son entornos creados por el ser humano para recibir y encauzar el agua de lluvia hasta su punto de descarga al mar. Algunos ejemplos son: cunetones, parrillas de entrada, alcantarillas, tuberías, atarjeas, registros, canales, diques, charcas de retención, válvulas antiretorno y tuberías de descarga. Puerto Rico cuenta desde la década de 1970 con estándares, guías y procedimientos para controlar la cantidad de la escorrentía, utilizando el concepto general de que un desarrollo no debe generar mayor escorrentía en su condición postdesarrollo que la que existía previo al desarrollo. No obstante, en la práctica, vemos cómo los eventos de lluvia extremos (25 años o más) y los no tan extremos (5 a 25 años) generan inundaciones repentinas, canales desbordados, etc., resultando en pérdidas materiales. Esta diferencia entre la intención de un reglamento y los efectos observados indican posibles deficiencias en el proceso regulado (sometimiento y aprobación de estudios Hidrológicos-Hidráulicos H-H), a saber: la ejecutoria y fiscalización del sistema de permisos, el pobre mantenimiento de los cauces y la sedimentación excesiva en puntos críticos de drenaje pluvial (p.ej., descarga). Los mapas de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) presentan una buena herramienta para predecir inundaciones, ya que reflejan las condiciones existentes y cómo se comporta el cauce durante eventos de lluvia extremos. No obstante, es importante entender que implementar planes de preservación y restauración de cauces naturales puede redundar en una reducción de los niveles de inundabilidad que publica FEMA, cuando se comparan con los niveles actuales previos a la restauración.
La calidad del agua y su impacto en el ambiente, así como la salud y seguridad de quienes disfrutan ese ambiente, son de suma importancia a la hora de considerar el manejo eficiente de la escorrentía. Los programas de medición de la sustentabilidad de proyectos asignan igual peso a ambos aspectos dentro de un proyecto. El entorno urbano produce una gran variedad de contaminantes (sólidos suspendidos, aceites y grasas, detergentes, patógenos, nutrientes, basura) que son arrastrados por la escorrentía. Aunque el paisaje natural cuenta con métodos de protección, la alta densidad poblacional produce una tasa de disposición de contaminación más rápida que la tasa de asimilación del mismo.
Es por esto que la protección de los cauces naturales de agua es la mejor inversión que una jurisdicción puede hacer para mitigar los efectos del agua de escorrentía contaminada. Los avances tecnológicos de los últimos 10 años han resultado en el desarrollo de productos dirigidos a reducir la contaminación del agua de escorrentía. De hecho, la Water and Environment Federation (WEF) actualmente está liderando un grupo de trabajo para certificar los dispositivos de tratamiento de aguas de escorrentía.
El mayor impacto que se ha visto en la pasada década relacionado con mejorar la calidad de la escorrentía es el resultado de las corrientes de desarrollo sustentable (LEED, LID, Green Infrastructure). El foco principal actual está en tratar el agua en el punto de origen, utilizando métodos pasivos y naturales (green roofs, rain gardens, bio-retention, biofilters). En el área de Washington DC, donde se han propuesto proyectos que superan un billón de dólares utilizando túneles para almacenar agua de escorrentía contaminada con alcantarillado sanitario, se han introducido estas tecnologías produciendo un impacto que ahorrará millones de dólares y repercutirá en la reformulación de proyectos para el manejo de la escorrentía.
Quizás la mayor aportación que recibirá el entorno natural que recoge y maneja la escorrentía pluvial con miras a ser mejorado, ocurrirá cuando como sociedad, comencemos a asignarle un valor monetario a los recursos naturales (natural assets valuation, ecosystem valuation, green infrastructure) y al beneficio que éstos ocasionan en la salud física y mental de la ciudadanía. Estas acciones no solo fomentarán la conservación de los recursos naturales, sino que también les permitirá a las jurisdicciones obtener préstamos garantizados que se puedan invertir en proyectos remediativos que catapulten el valor físico y social del bien natural. En Estados Unidos, existen buenos ejemplos de programas (Clean Rivers/ Chesapeak Bay, MD, Onondaga, NY, y Houston Bayou Preservation, TX), donde crisis ambientales (“impared waters”) han catapultado la actividad económica dirigida a proteger el entorno natural.
Presentamos recomendaciones específicas para un manejo eficiente de la calidad y cantidad de escorrentía pluvial en el ambiente urbano
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Desarrollar un objetivo de control de calidad de la escorrentía que aplique a todos los predios existentes y a nuevos desarrollos. Un ejemplo de una meta que estableció el estado de Maryland fue proveer tratamiento al 20% de la escorrentía generada por una pulgada de lluvia en las áreas impermeables que existían en un predio.
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Desarrollar un Manual de Guías y Prácticas Aceptables para el manejo efectivo, tratamiento y restauración de la infraestructura para la conducción de escorrentía. A este Manual se le debe dar fuerza de ley.
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Preparar un modelo hidráulico único, estandarizado, funcional y validado de cada cauce de drenaje pluvial y sus tributarios, que permita evaluar cada desarrollo propuesto en forma estándar e independiente de influencias. Este modelo hidráulico deberá analizar la cuenca hidrográfica completa, y proyectos propuestos recién aprobados o en proceso de construcción.
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Preparar un Programa de Mejoras Capitales (PMC) y un Programa de Mantenimiento (PM) de cauces. Este programa debe incluir objetivos de mejoras de la salud pública, el aumento en áreas de esparcimiento, áreas de interacción con la naturaleza y zonas de amortiguamiento entre el entorno altamente desarrollado y los ecosistemas sensitivos o altamente impactados.
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Preparar estudios de viabilidad y de costo/ beneficio para determinar los proyectos remediativos o de mantenimiento que deben ser incluidos en el PMC y el PM. Esto revelará el nivel de inversión necesaria para cumplir con los objetivos de la jurisdicción.
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Realizar sesiones informativas para la comunidad (community outreach)
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Realizar una valoración efectiva de la infraestructura natural asociada a los cauces de drenaje, así como del beneficio para la ciudadanía de la preservación o restauración de estos ambientes naturales. Existen métodos estandarizados para hacer esta valoración que son aceptados por las autoridades, las entidades prestatarias y los foros jurídicos
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Formular un grupo colaborativo de los grupos de interés asociados con el PMC/ PM en el que se formulen alternativas de financiamiento y se asignen responsables. El mecanismo de Public Private Partnership (PPP) es uno probado para este tipo de programa.