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CUANDO LA SOLUCIÓN ARQUITECTÓNICA NO ES UN EDIFICIO

Por: Dr. Fernando Abruña, FAIA - Arquitecto

Desde hace 25 años, en su informe de 1995, el Comité Intergubernamental de Cambio Climático ya alertaba sobre aquellos lugares más vulnerables a este fenómeno. Entre sus conclusiones advertía las tres características que definirían estos lugares: (1) las islas (2) la zona tropical del planeta (3) los lugares sobrepoblados. Fruncirá su frente, lector o lectora, como lo hice yo, porque estos tres escenarios describen a Puerto Rico. Somos una isla sobrepoblada en el Caribe tropical.

En los pasados meses hemos visto cómo la erosión costera ha avanzado en diversos bordes marítimos de nuestra isla. La erosión costera se complica aún más cuando consideramos los aumentos proyectados para las próximas décadas en el nivel del mar. Si a este escenario le añadimos las marejadas ciclónicas que acompañan a los eventos de tormenta a los cuales nos enfrentamos todos los años, nos quedará la certidumbre de que el futuro de nuestras costas, y en especial las más llanas del Norte, es sombrío.

El término con el que describimos los fenómenos climáticos a nivel planetario ha ido evolucionando con el tiempo. Inicialmente hablamos de calentamiento global. Como no todas las áreas del planeta se calentarán a un mismo nivel o ritmo y el fenómeno incluye otros eventos, se decidió posteriormente utilizar el término cambio climático porque es más amplio y describe mejor la plétora de eventos variados a los que ya nos enfrentamos. Sentimos temperaturas más altas, experimentamos huracanes más frecuentes y más intensos, olas de calor, erosión costera, pérdida de diversidad biológica y extinción masiva de especies, desertificación y eventos de lluvia menos frecuentes, pero mucho más intensos, entre otros.

Llevo educando y concienciando, como arquitecto, a través de mis escritos, charlas y proyectos, sobre una arquitectura en armonía con su ambiente y contexto, y que utilice las estrategias de la naturaleza misma para resolver retos arquitectónicos. Exploro, además, una arquitectura que mitigue los impactos causados por las emisiones de monóxido y bióxido de carbono, óxido nitroso, metano y otros gases, que nos han llevado a la actual CRISIS CLIMÁTICA. Éste es el término más reciente utilizado para describir lo que enfrentamos. El tiempo de educar y concienciar ha terminado. Ahora es nuestro deber ¡ALARMAR!, porque se nos va la vida si no actuamos ¡AHORA! Estoy consciente de que esta alarma debe hacerse juiciosamente: lo suficiente como para provocar acción, pero no demasiado como para crear sentido de impotencia y, por consecuencia, indolencia.
 

Luego de haber sentado el marco teórico sobre dónde estamos con relación a la actual crisis climática, les explico ahora cómo estamos enfrentando ese reto a través de un proyecto que estamos desarrollando en el frente marítimo de Cataño, El Eco-Portal Parque Sensorial del Paisaje Natural. Es un esfuerzo conjunto entre la Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Cupey, y el Municipio de Cataño para confeccionar un plan de desarrollo económico y turístico sostenible enfocado en integrar las artes, las ciencias y el ambiente. Sus objetivos principales son: (1) la conservación, protección y restauración de los humedales urbanos, en este caso de la Ciénaga las Cucharillas como recurso educativo, y (2) incentivar el uso y desarrollo eco-turístico y comercial del frente marítimo desde el Centro de Artes y Ciencias, el cual ubicará en la conocida Pirámide Modesto Escalera, actualmente en abandono. Aquí se presentarán exhibiciones y actividades artísticas y educativas enfocadas en el ambiente, incluyendo un anfiteatro al aire libre. El proyecto se extiende desde la Pirámide hasta la entrada de la compañía Bacardí. Incluye el concepto educativo de “Placita Viva”, que ya lleva celebrando ferias de agricultura comunitaria cada cuatro meses en las que se venden productos locales, estimulando sana alimentación en la comunidad y un incremento en la producción agrícola. La figura 1 muestra la extensión del lugar que intervendremos para desarrollar este concepto.

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Figura 1: Alcance del Eco Portal: Parque Sensorial del Paisaje Natural, desde la Pirámide hasta la Bacardí.

Hemos explorado multiplicidad de actividades y potenciales estructuras para construir, incluyendo entre otras: torres de observación, veredas interpretativas, jardines de humedales y mariposas, paseos tablados por la Reserva, tiendas para personas microempresarias que ofrezcan comidas, artesanías y otros bienes, áreas de descanso y ejercicio, ciclovías, glorietas, una capilla ambiental, esculturas, espacios de meditación, lugares de observación astral en la noche, miradores, uso de kayaks, laberintos de juego para niños y niñas y hasta faros y garitas para crear un binomio formal a través de la bahía que separa el borde marítimo de Cataño y la zona histórica del viejo San Juan.
 

Después de contemplar todas estas opciones y posibilidades, hacer análisis de viabilidad y costos, y estudiar detenidamente las proyecciones futuras de la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) sobre este frente marítimo, hemos llegado a la conclusión de que la intervención edilicia debe ser limitada severamente para, desde ahora, reconocer el reto climático al que nos enfrentaremos en las próximas décadas. Incluimos las proyecciones de aumento en el nivel del mar para los años 2050 y 2060. (Figuras 2 y 3)

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Figura 2: Extensión de los niveles inundados para el año 2050 con un aumento del nivel del mar de 2.82 pies. Mientras más oscura la tonalidad de azul más profundo el nivel de inundación.

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Figura 3: Extensión de los niveles inundados para el año 2060 con un aumento del nivel del mar de 3.90 pies. Mientras más oscura la tonalidad de azul más profundo el nivel de inundación.

Las imágenes de estas proyecciones nos dejan ver un futuro de retos que deben atenderse desde ahora. Vemos cómo se verá afectada la costa de Cataño que comprende nuestro proyecto. Notaremos además que la Reserva Natural de la Ciénaga Las Cucharillas estará totalmente inundada con resultados negativos y cómo se afectará la totalidad del centro urbano de Cataño.

Para atender estos escenarios necesitamos, como diseñadores, desarrollar una actitud iconoclasta que rechace las normas, convenciones y los modelos arquitectónicos estatuidos hasta el presente y reaccionar críticamente ante esta nueva realidad de crisis climática. Podríamos considerar edificios adaptables, metamórficos, colapsables, reciclables, biodegradables, telescópicos, flotantes, anfibios, etéreos, manipulables, reposicionables... pero estas tecnologías son de alto costo y están fuera de un presupuesto razonable que refleje nuestra condición actual económica y fiscal. Es por esta razón que hemos descartado muchas de las opciones que creíamos tener al alcance.

Continuamos con la opción de restaurar la Pirámide para los nuevos usos propuestos, pero en lugar de construir edificios para negocios y recreo, proponemos como solución principal el uso exhaustivo de “food trucks”, no solo para la venta de comidas, sino además para la venta de ropa, zapatos, joyería, juguetes, artesanías, vegetales, regalos y para oficinas de servicio, etc. Esta brigada de “trucks” podrá atender los objetivos y aspiraciones que describimos al inicio de este artículo y, a la vez, nos permite crear el equivalente de un “Centro Comercial Virtual” que se ensambla periódicamente en el frente marítimo de Cataño y que al desarmarse puede llevar actividad comercial, turística, ambiental y educativa a otras partes del pueblo y áreas aledañas. De la misma forma, proponemos alquilar “drones” para hacer paseos “virtuales” en tiempo real, en lugar de construir una Torre de Observación en la Ciénaga. Si las condiciones lo permiten, se propone, además, el “cultivo” de un arrecife de Coral para proteger la costa de embates de marejadas ciclónicas. Con las estrategias propuestas entendemos que los costos de implantación se reducirán enormemente viabilizando a corto plazo el uso productivo de estas áreas para el desarrollo ecoturístico, cultural y comercial del frente marítimo de Cataño. (Figuras 4 y 5)

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Figura 4: Restauración de la Pirámide para nuevo uso como Centro de Artes y Ciencias, incluyendo actividades culturales, generación de energía eléctrica fotovoltaica y cosecha de aguas de lluvia.

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Figura 5: Uso de estacionamientos existentes para diversos tipos de pequeños negocios a manera de un “Centro Comercial Virtual” que se puede “ensamblar” periódicamente y en momentos oportunos.

De esta experiencia en un contexto de frente marítimo con el espectro del aumento de los niveles del mar por causa de la crisis climática que vivimos, hemos aprendido varias lecciones entre las cuales se encuentran estas tres principales:

1ro: En un contexto en el que ya se vive la crisis climática, ¿debe ser la construcción el primer o último recurso del arquitecto o arquitecta para resolver retos de diseño arquitectónico?

2do: Debemos privilegiar operaciones sobre instalaciones, haciéndolo con mínima infraestructura: excursiones guiadas en lugar de eco-hospederías, observación de aves en lugar de un museo ornitológico, visitas virtuales en lugar de visitas al sitio.

3ro: Has perfeccionado un diseño para la crisis climática, no cuando no tienes nada más que agregarle, sino cuando no tienes nada más que quitarle. Aspiramos a lograrlo ¡casi todo, con casi nada!

 

El futuro nos depara enormes retos climáticos que debemos atender con estrategias y opciones no tradicionales que aún no podemos imaginar o concebir. La realidad consistente es que seguiremos cambiando y adaptándonos según las circunstancias climáticas que ya vivimos y las próximas que se avecinan.

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