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¿Dónde están los nuevos empleos?

Por: José Luis Alsina

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De las 10,000 toneladas diarias de basura que se entierran en Puerto Rico, el 67% lo componen el material vegetativo y orgánico, el papel y el cartón, el plástico y el vidrio. Si desviamos y rescatamos este 67%, podríamos crear 2,000 empleos en el proceso de recogido, 2,000 empleos adicionales en el de sortear y clasificar el material y 4,000 empleos adicionales al manufacturar y/o compostar el material recolectado. Desgraciadamente, en la actualidad estamos intercambiando estos 8,000 empleos por unos 300 que se generan en los 29 vertederos que operan en Puerto Rico. Quemar este material para generar energía no es una alternativa sabia, ya que solo movería los 300 empleos de los vertederos a las incineradoras, sin añadir un solo nuevo empleo a la ecuación.

A modo de ejemplo, un árbol de mangó que se corta en un hogar y es enviado a un vertedero es triturado y enterrado para siempre, sin provecho, ni proceso adicional. Sin embargo, cuando el mismo árbol de mangó es enviado a una planta de composta, este es triturado, mezclado, humedecido, volteado, cernido, empacado y vendido de regreso a residentes y/o empresas. Expresado de otra manera, por cada 10,000 toneladas anuales enterradas en un vertedero, solo se crea un empleo, mientras la planta de composta crea 5 empleos con la misma cantidad de material vegetativo, por las razones expuestas.

El plástico reciclado sirve para crear nuevos productos como tiestos, envases y contenedores que podrían venderse en el mercado local o exportarse.

El proceso del reciclaje y remanufactura del plástico genera hasta 10 empleos más que el disponer de este material en un vertedero y/o quemarlo en un incinerador para generar energía. Al momento de este escrito, en Puerto Rico no se están reciclando las botellas de cristal, con el agravante de llenar los vertederos y de perder la oportunidad de establecer centros de acopio, clasificación, trituración y remanufactura de nuevos productos. Nuestra economía no puede darse el lujo de seguir perdiendo estos empleos del reciclaje y compostaje, tenemos que actuar y exigir lo que nos conviene a todos y todas.

En muchas ciudades y países del mundo se han adoptado planes de basura cero para reducir significativamente el material que llega a los vertederos y para mejorar su economía a través de la creación de empleos y de la manufactura de nuevos productos. Algunas de las ciudades que han adoptado el concepto basura cero son: San Francisco (EEUU), Canberra (Australia), Kamikatsu (Japón), Halifax (Canadá) y Nueva Zelanda.. En la ciudad de Usurbil en España, lograron aumentar el reciclaje de un 28% a un 86% ¡en 7 meses! Como dato adicional, Australia cuenta con territorio de sobra para seguir enterrando su basura, sin embargo, ha tomado la decisión de adoptar el plan basura cero, porque su ciudadanía entendió que se obtiene mucho más beneficio reciclando este recurso que enterrándolo o quemándolo.

Un pueblo educado podrá exigir lo mejor para su futuro, para su economía y para su salud. Definitivamente, tenemos una oportunidad de despegar con el reciclaje o, por el contrario, de seguir hundiéndonos junto a este recurso en los vertederos. Quemarlos en un incinerador no cambiaría el panorama actual, con el efecto adicional de generar cenizas altamente tóxicas que habría que depositar en los susodichos vertederos.

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